Antes
de decidir que un paciente tiene que someterse a una intervención de cirugía de la columna vertebral, el Dr. Villarejo estudia en profundidad
cada caso solicitando la realización de pruebas neurofisiológicas y
neurorradiológicas con las que completar la historia clínica del paciente.
Estas pruebas permiten determinar el diagnóstico preciso de la dolencia y, de
este modo, decidir si debe entrar en el quirófano o no.
Una de las pruebas neurofisiológicas será, casi con certeza una
electromiografía. Consiste en la representación gráfica de la actividad
eléctrica de los músculos, una actividad que se debe a las descargas eléctricas
de los nervios que lo controlan de manera que, analizando los gráficos
resultantes del estudio, con la ayuda del Dr. Villarejo, podremos detectar con
gran precisión el grado de afectación de los nervios y decidir la conveniencia
de fijar una fecha para una intervención de cirugía de la columna vertebral.
Hace algunos años, la electromiografía era una prueba que causaba cierto dolor
en los pacientes por lo que sólo se prescribía cuando el médico lo consideraba
imprescindible para realizar un diagnóstico correcto o si de los resultados
iban a condicionar el tratamiento a aplicar en el paciente. Sin embargo,
actualmente, los avances tecnológicos han logrado sustituir el dolor por unas
leves molestias.
La electromiografía, pese a su importancia, ha de ser acompañada también de
otras pruebas neurorradiológicas como el TAC, la resonancia magnética, la
mielografía… todas ellas encaminadas a confirmar el pre-diagnóstico del
problema que el Dr. Villarejo pudo intuir durante la primera exploración en la
consulta.
¿Qué es una electromiografía?
30/12/201430 de Diciembre de 2014
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