Los tumores raquimedulares son aquellos que se desarrollan en la médula espinal o sus estructuras circundantes, han sido objeto de numerosos mitos a lo largo de la historia. Estos mitos, en su mayoría infundados, han contribuido a la desinformación y el temor en torno a esta afección médica. A continuación, desmitificaremos algunos de los mitos más comunes sobre ellos.

- Son siempre cancerosos. Este es uno de los mitos más persistentes. Si bien algunos pueden ser malignos, muchos son benignos y no se propagan a otras partes del cuerpo. La clave para un tratamiento efectivo es la detección temprana y el diagnóstico preciso.

- Se heredan genéticamente. No todos los tumores raquimedulares tienen una base genética. De hecho, la mayoría de ellos son esporádicos y no están relacionados con antecedentes familiares. Sin embargo, en algunos casos raros, pueden tener un componente hereditario.

- Hay muchas posibilidades de tener parálisis si se extirpan. La cirugía para extirpar un tumor raquimedular está diseñada para preservar la función nerviosa tanto como sea posible. Los avances en técnicas quirúrgicas y tecnología han reducido significativamente el riesgo de parálisis, y la mayoría de los pacientes experimenta mejoras en su calidad de vida después de la cirugía.

- Son muy dolorosos. Si bien algunos tumores raquimedulares pueden causar dolor, no todos lo hacen. Los síntomas varían según la ubicación y el tamaño del tumor. Algunos pacientes pueden experimentar síntomas como debilidad, entumecimiento o problemas de coordinación en lugar de dolor.

- No hay tratamiento para ellos. Podemos decirte desde la clínica del Doctor Villarejo el tratamiento ha avanzado considerablemente en las últimas décadas. Las opciones de tratamiento incluyen cirugía, radioterapia y quimioterapia, según el tipo y la ubicación del tumor. La detección temprana y la atención médica especializada son fundamentales para mejorar el pronóstico.